Ocupan un lugar importante, pero no
tanto. Su existencia hace que complemente un poco la nuestra en el sentido de
lo emocional, psicológico, moral y espiritual. También son una gran fuente de
aprendizaje y hay que aprovecharla. Pero no podemos tener nuestros familiares y
amigos por siempre, ya que a medida que pasa el tiempo vamos perdiendo nuestros
seres queridos o vamos iniciando una nueva etapa o capitulo en nuestra vida, en
donde debemos dejar lo que no encaja en nuestro ser. Parte, de ser humano es
aprender a olvidar o desprenderse de lo que estuvimos unidos por tanto tiempo,
ese “vinculo” que tuvimos con esas personas que ocuparon una parte en nuestro
corazón. Tal vez, puede ser el proceso
más difícil y largo al que nos tengamos que enfrentar, pero no imposible. Si
los “lazos” que tuvimos con esa persona fueron muy grandes, el proceso de
desprendimiento será un poco más largo, por eso es importante continuar con
nuestra vida, no quedarnos estancados en el sufrimiento y remordimiento por
algún acontecimiento que nos “marcó” en alguna parte de nuestro ser, y para
superar esa etapa, se debe continuar con nuestro camino sin decaer frente a las
adversidades que se nos presenten.
El
periodo de tiempo en el cual estamos con nuestra familia, amigos o amistades,
hay que disfrutarlo y saberlo valorar, para que cuando debamos despedirnos de
esa persona, nos despidamos sin ningún sentimiento de culpa por lo que pasó o
sucedió. Debemos soltar ese resentimiento, olvidar lo que paso, cerrar ese capítulo
de nuestra vida, ya que si no se hace esto, viviremos amargados por el resto de
nuestras vidas y perderemos la alegría que habita en nuestro ser, por vivir
apegados al pasado que nunca volverá, esto impide que progresemos y hace que no
podamos vivir nuestra vida plenamente.
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