martes, 5 de agosto de 2014

¿Cuál es el proceso para escribir?

1.    ¿Cuál es el proceso para escribir?

Cassany, habla de tres pasos para escribir: planificar, redactar y examinar. El primero incluye: generar ideas, organizarlas, formular objetivos; el segundo es la operación de traducir al lenguaje escrito una información previamente determinada, elaborada por el mismo sujeto que escribe, o sugerida otra persona. Por último, el examinar se entiende como evaluar y revisar.
clic sobre la imagen para ampliarla

2.    ¿Qué clase de conectores se pueden utilizar a la hora de escribir?

TIPO DE CONECTOR PARA:
EJEMPLO DE CONECTOR
iniciar un texto
inicialmente, la temática que, para comenzar, etc.
ordenar y realizar enumeraciones
además, después, por otra parte, etc.
establecer relaciones Temporales
antiguamente, aún, ayer, etc.
establecer relaciones espaciales
lejos de, más acá, más allá, etc.
enfatizar o establecer jerarquías
ante todo, el énfasis, etc.
introducir una causa
como, dado que, debido a que, etc.
introducir una secuencia
luego, Por consiguiente, por ende, etc.
introducir una comparación
distinto de, diferente de, en cambio, etc.
introducir una objeción o una idea contraria
ahora bien, al contrario, etc.
introducir una aclaración
en otras palabras, entiéndase por, es decir, etc.
introducir una idea adicional
en otro sentido, por otra parte, y, etc.
introducir un ejemplo
por ejemplo, es el caso de, etc.


3.    ¿Qué es la comprensión lectora?

Es la capacidad que tiene uno para entender lo que dice un texto. A veces tenemos una mala comprensión de la lectura por las características que presenta un texto, como las características graficas (Morlés 1994).

Para tener una buena comprensión lectora, se deben de desarrollar estrategias cognitivas y meta cognitivas, y para desarrollarlas se realizan tareas tales como el ordenamiento alfabético y la formación de palabras y frases, la corrección de errores ortográficos, y de igual forma, la búsqueda o reconocimiento de adjetivos, antónimos, verbos, pronombres, etc. 

viernes, 1 de agosto de 2014

Elementos de la Competencia Comunicativa

La competencia comunicativa son esas formas mediante las cuales las personas pueden establecer interacciones con otras personas y con su entorno.” Estas competencias se adquieren por medio de la interacción en los ambientes familiares, escolares, sociales e institucionales. Las competencias comunicativas están divididas en siete competencias más, y ellas son:

La competencia lingüística, está relacionada con la adquisición y desarrollo del lenguaje, como el pensamiento que esta determinado por el lenguaje, es decir, sólo podemos pensar aquello que nuestras palabras nos permiten.

La competencia paralingüística se trata de un conjunto de elementos adicionales que acompañan al lenguaje, ya sea oral o escrito, y que ayudan a complementarlo. Por ejemplo, las palabras que transmitimos a las demás personas pueden ser entendidas de diferente manera según la entonación e intencionalidad que le demos al decirlo. En el caso del leguaje escrito, son los recursos gráficos que usamos para adornar un texto, como las márgenes, negritas, etc. Por consiguiente, estos influyen en la forma como los interprete el lector.

 La competencia pragmática es el desarrollo de las capacidades para convencer y persuadir a las demás personas. La razón por la cual no comunicamos es porque deseamos influir en las decisiones, opiniones, conocimientos y actitudes de los demas. Esta competencia es fundamental, porque a diario debemos tomar decisiones y necesitamos del apoyo de otros para que éstas se efectúen.

La competencia textual se trata de la producción y comprensión de textos escritos. En la comprensión de un texto, se necesita tener buena concentración a la hora de leer. En cuanto a la producción de texto, se necesitan habilidades como lo cognitivo, comunicativo y lo técnico. La primera es tener los conocimientos sobre lo que voy a hablar; la segunda es tener habilidades por medio de las cuales me pueda hacer entender y la ultima se trata del manejo de dispositivos para escribir: la pluma, el lapicero, la máquina de escribir, el computador, entre otros.

La competencia quinésica es la encargada de aconsejarnos cómo debemos manejar nuestro cuerpo según el contexto en el cual nos encontremos, como la postura del cuerpo, los gestos, la mirada, el rostro, el cabello, las manos, etc. Por consiguiente, por medio de esta competencia se puede enfatizar o contradecir lo que se dice con las palabras.

clic sobre la imagen para ampliarla

La competencia proxémica es la producción de significados a partir del manejo de las distancias. Nuestro cuerpo delimita algunos espacios, donde unos pueden entrar y otros no, como nuestra habitación. Edgard Hall nos dice que el ser humano tiene territorios y son cuatro: la burbuja íntima, donde se presenta la intimidad, y solo uno puede entrar; la burbuja interpersonal, donde interactuamos con nuestros amigos, familiares y conocidos; la burbuja social, personas que las hemos visto y las identificamos por medio de lugares, como la universidad. Por último, la burbuja pública donde no conocemos a nadie.

La competencia cronética se divide en dos: en tiempo y espacio, el espacio se vio en la proxémica. La primera es entendida como el manejo de la comunicación en el tiempo, la producción de significados con y desde la coordenada tiempo. Es decir, que hay que hablar en el momento apropiado.

En conclusión, cada uno de los elementos que conforman la competencia comunicativa son importantes a la hora de comunicarnos ante la sociedad, y más aun cuando alguien es profesional y le es necesario expresarse correctamente, como los profesores, consejeros, políticos, entre otros.

jueves, 26 de junio de 2014

No existen hechos morales; tan sólo interpretaciones morales de los hechos

Es decir, que como tal no se puede hablar de hechos morales, ya que al acto de actuar frente a determinada situación no se le nombra como hecho moral, sino como comportamiento práctico-moral

Entonces, tenemos que hay actos y/o comportamientos práctico-morales e interpretaciones morales de los hechos, como también podríamos llamar interpretación ética-moral de los hechos, (moral reflexiva) ya que se trata pues de reflexionar acerca del “actuar” al que diariamente nos tenemos que enfrentar, valorando de un modo las decisiones tomadas y juzgando de una manera crítica sus consecuencias ya sean buenas o malas.

Al decir que no existen hechos morales y que solo hay interpretaciones morales de los hechos, se está afirmando que solo se da la reflexión de los hechos y que los mismos como tal no aplican así, entonces, se pasa del plano de la práctica moral al de la teoría moral; o también, de la moral efectiva, vivida, a la moral reflexiva.

Se debe actuar de acuerdo a las interpretaciones o reflexiones morales de los hechos (moral reflexiva) y no a los hechos morales como tal, ya que es más fácil guiarnos por lo que la interpretación de cada hecho puede brindarnos a ayudar a decidir la opción correcta y no por la generalización que nos da respuesta pero no ayuda a tomar la decisión adecuada. También que, no se habla de hechos morales sino de comportamiento práctico-moral que orienta al cómo actuar diario.

Las acciones o hechos que ocurren en un espacio y tiempo son solo simples hechos. Lo que pasa es que al percibir estos hechos, cada uno de nosotros los interpreta de manera diferente, y decimos si es bueno o malo. Aquí podemos utilizar la teoría de Albert Einstein “todo es relativo”, cada uno de nosotros somos una coordenada que percibimos el mismo acontecimiento o hecho; así todos lo vemos de diferentes maneras y cada una de muestras percepciones es válida a partir del proceso de reflexión de cada una de las personas. Por ejemplo, cuando se hizo el trabajo colaborativo N°1 sobre “el aborto y la eutanasia” todos pensábamos de manera diferente frente a estos términos, porque cada persona procesa la información de diferentes maneras, según lo que ha observado o le han enseñado en el transcurso de la vida.

Emplear los términos ética y moral correctamente,  ya que el término “moral” sirve  para mencionar las valoraciones particulares surgidas dentro de los contextos experienciales y el termino “ética”  sirve para designar las valoraciones genéricas elaboradas en las doctrinas filosóficas. Por consiguiente todas las interpretaciones que cada uno de los individuos hace o procesa a partir de un hecho son validas.

A veces las acciones o actos que hacen las personas, ya sea que vayan encaminados para el bien o para el mal, son actos que forman una imagen en nuestro cerebro a partir de las partir de las percepciones del acto que forman la impresión, estas son las interpretaciones, y nosotros como sujetos pensantes y a partir de nuestros principios éticos decimos si eso es bueno o malo.

Los hechos son resultados de las decisiones tomadas situaciones concretas (problemas practico-morales), ya que una persona actúa moralmente cuando se enfrenta a los problemas, tomando decisiones, juzgándolas y se reflexiona sobre el comportamiento práctico, y cuando se reflexiona sobre las conductas morales se conoce como problemas teórico-morales.

En vista de que el ser morales implicaría saber orientar nuestra conducta o comportamientos, para tomar decisiones en cuanto a que hacer en determinadas situaciones, vimos que difiere de la ética la cual sólo nos ayuda a buscar con que criterios actuamos de cierto modo u otro, y además la moral no nos permite identificar que es lo “bueno” o “malo”, ya que eso le corresponde a la ética, pero nos permite tener valores, y en base a esos valores se actúa conforme a ellos y en lo que respecta nuestra conciencia, y puede decirse que esto parte de aquellas normas o reglas morales. 

Aunque a partir de lo moral, hacemos valoraciones, de las experiencias, cuando se habla de ética se hacen valoraciones universales, y de ahí que al hacer un “enunciado moral” se haga con el fin de orientar de algún modo la conducta de una persona, como por ejemplo “debes obedecerme”, o “no debes mentirme”, y es desde esa perspectiva que sólo existen interpretaciones morales de nuestros actos, hechos o conductas.

lunes, 2 de junio de 2014

Elogio de la dificultad

El texto, Elogio de la dificultad, me da a entender muchas de las cosas a las cuales, casi todas las personas, estamos acostumbrados a hacer, en nuestras vidas. Como por ejemplo, el yo quiero ser, quiero tener, quiero ir, quiero probar tal cosa… Todo esto, son un montón de deseos y anhelos que nunca se van a realizar porque uno nunca pone de su parte, de su empeño para hacer las cosas, por eso es que a veces uno fracasa en la vida, porque deseamos mal, porque no sabemos que es, lo que se quiere para uno de verdad, también porque uno no sabe cuál es el camino que debe seguir. Todo esto sería posible si se tuviera un sueño, en el cual se haría todo lo necesario para realizarlo, como estudiar, trabajar. etc. Y así poderse costear o cumplir todo lo que siempre se ha deseado, de lo contrario no.

En el mundo, todos los seres humanos desearían estar rodeados de placer, que los estén consintiendo, que los estén cuidando como a un niño recién nacido, con el mayor cuidado del mundo, en vez de esto, debemos desear un mundo en el cual nos toque luchar y trabajar arduamente para conseguir lo que queremos, y no desear un mundo lleno de satisfacción y placer. Pero, si nunca nos esforzamos en hacer las cosas bien, nunca vamos a progresar, el que si progresa, es el que se mata trabajando para poder vivir. Por ejemplo, el campesino que madruga a las cinco de la mañana a cortar el racimo de plátanos, por allá en la montaña, para venderlo en el pueblo,  y así ganar dinero para comprase su desayuno. También,  el hombre que va a coger café, aguantando sol, lluvia, mosquitos y animales salvajes como las serpientes, y todo esto para venderlo y tener con que comer.


clic sobre la imagen para ampliarla

Tal vez el problema de nuestro mundo, en la sociedad que vivimos, es que vivimos llenos de pereza, y sin ganas de hacer nada. Personas que no tiene nada que hacer en sus vidas, se levantan a las nueve o diez de la mañana, a esperar que les den de comer. Después se ponen a ver televisión o a jugar video juegos. Luego, sentarse frente al computador, entrar a internet y perder el tiempo en redes sociales o ponerse a ver videos tontos sin ninguna utilidad. Después esperar la comida, y echarse a dormir, sin haberse bañado o cepillado los dientes, o algún aseo personal. Parece que viviéramos como zombis, parásitos de quienes soportan este tipo de comportamiento.



En la vida deberíamos de ser un poco más arriesgados, y no vivir hartos de pereza. Porque, el que se arriesga, es el que trata de conseguir una vida mejor, y un mejor bienestar para él o para su familia. El que se arriesga y fracasa, al menos gana experiencia en su vida, no como el perezoso que no sabe que le deparara el futuro.

En conclusión, debemos saber bien lo que queremos para nuestras vidas, vivir libres de pereza y placeres, seguir conservando la voluntad de luchar para tener una sociedad diferente y continuar progresando en nuestros sueños y metas, para después en un futuro no muy lejano, estar satisfechos de cómo vivimos.